Los Quiltros tienen Cachorros!!!

Dos cachorros provenientes desde la quinta región han llegado a nuestra casa. Estos alumnos de DUOC UC nos cuentan su experiencia como practicantes…

Srta. Lilo

La mitad de mi vida viví en un pueblo lejano de esta ciudad. No podría decir cuantos kilómetros ya que no soy experta en números y ese tipo de cosas que causan miedo al verlas o hablar de ellas, Jajajajaja.

¿Publicidad?  ¡Cachorra!   tenía 17 años cuando entré a estudiar,  si a eso se pude llamar estudiar ajajajaj!   Y dejemos de mentir, mas bien 18.

No se por donde comenzar, la “vaina” es que  hoy estoy aquí, después de 4 años de “prepararme” sicológicamente para afrontar un mundo diferente, donde las personas no son humanos, mas bien unos seres extraños llenos de pelos; cosa que yo no tengo!

Un día la provinciana llegó con sus trenzas y su canasta  llena  de tomates a  saludar a unos interesantes personajes que sólo había visto por la web, le pareció muy interesante y atractivo el encanto que los lolitos  transmitían (una especie de Carmela 2.0) hasta ser conocida como la Srta. Lilo, una loquilla que entraba al blog dejando “ un aporte “ bien entre comillas. La cosa es que dije:” ¡yo quiero  estar ahí  caray!“ y ¿que pasó? me saqué las trenzas, dejé el canasto de lado, me solté el cabello, me vestí de reina, me puse tacones y caminé hacia la entrada jajaja! ( una canción ) y  fui como yo, Liliana Alegría, alias la terrible Srta Lilo, dejé mi humilde book ( humilde, palabra aprendida por un ser de aquí).

Y…¡Oh  mi gosh!,  un día  me llamaron, uiii tengo que decir que mi estómago se  estrujó por dentro cuando escuché su voz  al decirme “ Quieres estar aquí?”  cómo decir que no!. Y llegó el día…

Hola yo soy la Srta. Lilo. Qué nerviosa estaba, pero la risa siempre me hace disimular, me sentí como una diosa Odiosa jajaja! ( me decía a mi misma: “bendita seas entre todos estos hombres”, no bromita jajaja)  hablando en serio, aunque lo anterior tiene todo de cierto, desde que entré aquí me he sentido muy grata ya que  todos los días me nutro de  diversas cosas las cuales alegran mi espíritu, desde las risas hasta todo el aprendizaje, algunas más destacables, como el tomar cerveza casi todos los días jajajaja (no broma). Aquí he aprendido a tener fuerza, a creerme que puedo ser capaz,  y saber que todo en la vida se gana con  voluntad  y fe en uno mismo, también reconozco que soy una ladrona, pero no de corazones  jajaj les robo un poquito de  conocimiento a cada uno y con eso armo un pack de cosas nuevas que me hacen crecer aún más, si sigo así capaz  que choque con el techo ajajaa!
Desde  el perrito que esta en la entrada (pobrecito  nunca tiene comida en su platito), hasta  los ratones del tercer piso (lo digo por los verdaderos ratones, sin reír!) me hacen sentir grata, desde las tallas  mas “suavecitas” hasta los retos  que nunca han sido retos,  con decir que ni ganas me dan de llegar a mi casa! ( comentario no apto para los tíos ajajja)
Quiero dar las gracias  por  darme un espacio aquí, por quitarle el mac a Carlos también jajaja! por  ayudarme a dar los primeros pasos en este gran camino llamado publicidad. Ah! olvidaba dar gracias también  por soportar a esta muchacha parlanchina que habla y habla. Es que estuve un año en un gimnasio de lenguas, entonces  comprenderán que  es muy musculosa y no debe perder  su potencial. En fin, sólo decirles que Los Quiltros son  bacanes po’! , un gran equipo de trabajo y unas buenas personitas que tienen un calor humano que se siente desde el metro, se les tiene un cariño muy especial. Y no pude faltar el clásico…

Atte, la Srta. Lilo.

Pablo

Desde chico que me sentí diferente, cuando era pendejo no me parecía ni a mi mamá  ni a mi papá…sino que a los dos ¡qué pendejo más feo!, juraba de guata que era adoptado y nunca me di cuenta que con el tiempo me iba pareciendo más y más a mi papá.

Siempre era el desordenado, el que se ponía calcetines de diferente color, el que iba al colegio chascón y cuando volvía del recreo lo hacía cubierto de tierra, barro o cualquier material que ensuciara y que estuviera al alcance de la mano.

Pasaba más en la calle que en mi casa y generalmente volvía lo suficientemente tarde para que me retaran, pero para ser justo con mis padres, ellos siempre me dieron la libertad para hacerlo también.

Cuando me mudé a Quilpué fue un desastre, ahí sí que había tranquilidad para pasar todo el tiempo afuera y demasiado material para ensuciarse, la costumbre allá es tirarse mierda de vaca seca (o lo era en mi época escolar), fruta o cualquier cosa que deje tu ropa como si hubieses vuelto de Vietnam, además de las fallidas imitaciones de Jackass que varias veces pusieron en riesgo mi vida y sobre todo la paciencia de mis viejos.

Después viví en Viña, donde la cosa era despertar e ir a la playa. Eso era lo único que me calmaba, el sonido de las olas, ver lo furioso y al mismo tiempo lo calmo del mar es algo que me hipnotizaba, iba antes, después de clases y después de los carretes, creo que junto con mi familia y algunos amigos es lo que más extraño.

Entré a estudiar publicidad, pero como soy tranquilito me aburrió después de un rato, luego quise ser una cruza mutante entre Mick Jagger y Mozart, entré a estudiar música…demasiado docto para mí…volví a estudiar publicidad y ahí me reencanté. Supe que estaba donde quería y debía estar. Salí egresado el año pasado, tomé un bus y me vine a la capitale’ de vuelta al origen. Tenía una práctica y estuve ahí un tiempo, nada como hacer la práctica en el Luca’s Bar, aunque esa ropa nunca me quedó bien.

Un día recibí una llamada y vine a una entrevista a Los Quiltros, y como siempre me había sentido como uno, dije, ¿por qué no? … llegué y dije “aquí es donde tengo que estar”, mostré mi book donde estaban todos los seres creativos y ahí pensé “a lo mejor me equivoqué, ¡todavía puedo arrancar!”…volví de la entrevista y se me revolvía el estómago…¿quedaba o no quedaba?…me llamaron al rato y ¡bang! ¡Quedé! éxtasis, orgasmo y varias experiencias celestiales combinadas en un mismo tiempo.

Y aquí sigo…”divirtiéndome en serio” por primera vez, feliz de hacerlo también y a la vez sin dejar de ser lo que siempre fui, y lo que por suerte en algún extraño modo, aquí calza bastante bien.